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lunes, 31 de octubre de 2011

La historia de las tortugas

Supongo que tal y como se me ha dado la vida podría decirse que he sido una tortuga, iba paso a paso disfrutando del camino, sin prisa pero sin pausa, cogía un sendero lo exploraba y cuando llegaba un desvío tomaba un camino, no importaba cual fuera el caso era ir paso a paso y disfrutando el camino, ese camino me llevo a lugares increíbles, indescriptibles y a conocer a todo tipo de animales otras tortugas, algunos leones, algún conejo, y algún mago  (con mago describo a ese tipo de personas que aparecen en tu vida, y desaparecen ya sea momentáneamente o tirando una bomba de humo y desapareciendo para siempre), mi vida era tranquila y agradable, sin tomar grandes riesgos pero los suficientes como para disfrutar lo mas posible del camino en compañía de los otros animales que me rodeaban, un dia la tortuga sin saber como se convirtió en un conejo, pero no un conejo cualquiera sino un conejo volador.
Supongo que cuando pasas de tortuga a conejo volador, te pasas de velocidad y equivocas la importancia del camino, te pasas varias salidas y te pierdes el paisaje, la esencia y la importancia de cada paso bien dado, y cuando miras para atrás a ver si otra tortuga te sigue te das cuenta que no ha podido seguir el ritmo, entonces solo queda para a un lado del camino, mientras intentas desandar el camino pedregoso por el que pasaste volando y esperar a los demás animales lleguen, y entonces te das cuenta que no importa cuanto te gustaría regresar en el tiempo para poder seguir paso a paso y no perderte los parajes del camino, solo queda esperar que quizás y solo quizás aparezca por suerte esa tortuga que haya elegido el mismo camino que tu, sin haber tomado otra salida. Yo ahora soy como un cangrejo, intento andar marcha atrás en el tiempo sin saber como hacer para encontrar las demás tortugas.
Lo que intento decir con todo esto es que muchas veces el camino mas rápido o mas corto no es el mejor porque te pierdes la magia que lo rodea, la velocidad ha de ser la suficiente para llegar a tiempo pero no tan elevada que cuando quieras frenar te hayas caído por un barranco, todos los caminos tienen su importancia y su momento, ahora lo se y lo entiendo, yo solo espero a un lado del camino a ese momento en que quizás y solo quizás me encuentren y me salven.

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