Somos lo que hacemos y no lo que decimos, somos los que hacemos lo que decíamos que no íbamos a hacer, somos solo una gota resbalando en un cristal, somos quiénes decidimos como queremos ser. Simplemente somos lo que somos dependiendo de con quien lo seamos, pero y porque no? Seamos como somos sin importar quiénes sean los demás.
Estoy en Viena y mi cerebro no para, me centro en reinventar mi vida sin perder quien soy por el camino, llevo tiempo cambiando de caminos y me encuentro mas cómodo fuera de ellos que dentro, he perdido esa chispa, esa alegría, esa energía que me desborda por los poros, esas ganas de comerme el mundo, de empezar la casa por el tejado, he perdido esa sensación de ser el número 1 de mi vida y lo peor de todo no es no ser el primero, es que quizás no sea ni él 3. Esto tiene que cambiar, se lo que quiero, como lo quiero y cuando lo quiero.
Necesito coger las riendas de mi vida y saltar, saltar al vacío sin preocuparme de nada y si la cuerda se rompe ya nadare hacia la derecha.
Hoy voy a empezar a escribir la historia del resto de mi vida. Me siento infinito. El mundo es un lugar con un sin fin de posibilidades, ahora solo tengo que abrir la puerta a una nueva vida, a mi nueva vida
Buenas noches desde Viena.
